La controvertida caída de AWS que sacudió a Latinoamérica: ¿cuánto perdieron las empresas por depender de una sola nube?

Mapa de Latinoamérica mostrando las zonas afectadas por la caída de AWS en Latinoamérica en octubre de 2025

Un lunes negro para Internet: El 20 de octubre de 2025 millones de usuarios y empresas amanecieron sin acceso a servicios digitales críticos debido a una caída global de Amazon Web Services (AWS). Durante cerca de 15 horas, un apagón masivo en la nube de AWS interrumpió operaciones de cientos de compañías –revelando lo vulnerable que puede ser la economía digital cuando dependemos de un solo proveedor de nube. Sitios web, aplicaciones y sistemas completos quedaron fuera de línea, generando caos en actividades cotidianas y pérdidas millonarias en múltiples sectores.

 

Impacto en empresas globales y latinoamericanas afectadas

La lista de servicios caídos fue extensa. Plataformas populares como Snapchat, Reddit, Zoom, Fortnite, Duolingo, Airbnb y hasta el asistente de IA ChatGPT dejaron de funcionar repentinamente. Incluso servicios de Amazon como Alexa, Prime Video y Ring se vieron interrumpidos.

Lo más alarmante para Latinoamérica es que servicios críticos en la región también colapsaron. En Colombia, las principales entidades bancarias (Bancolombia, Davivienda) y la billetera digital Nequi reportaron la caída de sus aplicaciones móviles y portales web, impidiendo a los clientes hacer transferencias o consultar saldos.

El efecto domino alcanzó además a operadoras de telecomunicaciones, sitios gubernamentales, plataformas de educación en línea y medios de comunicación en la región. En resumen, más de 1.000 empresas a nivel mundial sufrieron interrupciones y más de 4 millones de usuarios reportaron problemas en cascada debido a este fallo de AWS.

Por qué sucedió: la causa técnica detrás de la caída de AWS

Una pregunta clave tras el caos fue: ¿Qué provocó exactamente la caída de AWS? La propia Amazon comunicó que todo se originó en su centro de datos principal en Virginia del Norte uno de los más grandes y antiguos. Allí, un fallo técnico interno desencadenó el apagón. Según informó AWS, la causa raíz fue un problema con el sistema de monitoreo de la red interna (encargado de supervisar los balanceadores de carga) dentro de su servicio EC2. En términos sencillos, se trató de un error en el Sistema de Nombres de Dominio (DNS): este sistema, que funciona como “la guía telefónica” de Internet, dejó de traducir correctamente las direcciones web en identificadores numéricos de servidor.

El fallo de DNS impidió que múltiples aplicaciones encontraran la dirección de la API de Amazon DynamoDB, una base de datos en la nube clave donde muchas plataformas almacenan información de usuarios. Cuando DynamoDB quedó inaccesible, otros servicios de AWS comenzaron a fallar en cascada, provocando errores masivos en cualquier aplicación que dependía de esa base de datos.

AWS reconoció que más de 113 de sus servicios internos llegaron a verse afectados simultáneamente. Importante destacar que no fue un ciberataque sino un fallo técnico en cadena, como confirmó un experto externo al señalar que no hay indicios de ataque, parece un fallo técnico en uno de los principales centros de datos.

 

Pérdidas millonarias: el costo de horas sin servicio en la nube

Más allá de la molestia para los usuarios, ¿cuánto le costó a las empresas esta caída masiva? Analistas estiman que el impacto económico fue enorme. Según Catchpoint (firma de monitoreo digital), la interrupción global de AWS pudo haber generado pérdidas cercanas a los cientos de miles de millones de dólares en total. Pensemos en comercio electrónico detenido, transacciones bancarias no realizadas, publicidad no mostrada y operaciones logísticas pausadas durante horas: las pérdidas directas e indirectas se acumulan rápidamente.

Para dimensionar el golpe: cada hora de inactividad en un servicio crítico se traduce en millones en pérdidas de ingresos y productividad para las empresas más grandes. En Colombia, por ejemplo, Bancolombia y Davivienda estuvieron varias horas sin ofrecer sus servicios digitales –un lapso en el que normalmente procesarían miles de operaciones bancarias de sus clientes. Aunque estas entidades no han revelado cifras, es evidente que la interrupción implicó pérdidas significativas en comisiones, ventas no concretadas y costos operativos (además del daño reputacional).

Continuidad operativa: lecciones y cómo protegerse (CyberSOC, DRP y multi-nube)

La gran lección que deja la caída de AWS es la importancia de la continuidad operativa. Ninguna empresa quiere estar a merced de un solo punto de falla. Cuando confiamos toda nuestra infraestructura a un único proveedor de nube, un fallo como este puede “apagar” por completo el negocio de un momento a otro. Expertos en tecnología señalan que este suceso “destaca la dependencia que tenemos de infraestructuras relativamente frágiles” y que la causa principal del problema es haber confiado todo a un solo servicio.

Muchas organizaciones están replanteando su estrategia tras este apagón: “es probable que la interrupción impulse a los clientes a repartir su infraestructura entre varias nubes”, afirmó un analista de Bloomberg Intelligence.

Para las empresas en Colombia, Perú y el resto de Latinoamérica, donde la transformación digital avanza a pasos agigantados, esto es un llamado de atención. Es crucial contar con un Plan de Recuperación ante Desastres (DRP) sólido y actualizado. ¿Qué significa esto en la práctica? Que su negocio tenga preparado un protocolo para restaurar sistemas y datos rápidamente en caso de falla grave, ya sea pasando a un servidor de respaldo, a otra región de la nube o incluso a un proveedor alternativo.

Lamentablemente, muchas compañías por ahorrar costos no implementan estas medidas redundantes, y “cuando recortan esquinas y olvidan ese último paso de protegerse contra caídas, son las que más sufren”.

Además del DRP y la diversificación de nube, es recomendable fortalecer un CyberSOC (Centro de Operaciones de Ciberseguridad). Un CyberSOC monitorea 24/7 la infraestructura tecnológica de la empresa, detectando anomalías en tiempo real. Si bien en este caso el problema fue de AWS, un equipo de seguridad bien coordinado puede alertar tempranamente de la caída, activar planes de contingencia y asegurarse de que mientras dure la interrupción no hayan brechas de seguridad ni datos comprometidos. También ayudará a coordinar la comunicación tanto interna (equipos de TI) como externa (clientes) durante la crisis. En resumen, las empresas deben tomar medidas proactivas para garantizar su continuidad operativa frente a desastres tecnológicos como este.

¿Tu empresa está preparada para afrontar un fallo en la nube como el de AWS? En Luma ofrecemos servicios especializados de CyberSOC y planes DRP que te ayudarán a asegurar la continuidad operativa de tu negocio. Completa nuestro formulario de contacto para recibir una asesoría personalizada y proteger tu empresa ante el próximo gran desafío digital.

¡No esperes al siguiente apagón global para tomar acción!

 

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